viernes, junio 7, 2013
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Como es costumbre en eliax, hoy quiero ponerlos a pensar y ponderar, y en esta ocasión quiero que pensemos en un semáforo, o más específicamente en un mecanismo que se utiliza en algunos países en donde ponen un botón para que los transeuntes presionen y hagan cambiar más rápidamente la luz del semáforo y poder cruzar la calle.
Solo que, en muchos lugares el botón o está averiado, o sencillamente no hace nada y está ahí específicamente como un placebo. Sin embargo (y este es el dato curioso que inicia nuestra exploración filosófica de hoy), si le preguntas a quienes presionan el botón si el botón tiene un efecto en la velocidad con que cambia la luz, aproximadamente el 50% de los encuestados responderán que sí. Pero, ¿por qué? Pues por dos razones... La primera es el efecto placebo, en donde el solo hecho de que alguien les diga que ese botón hace que la luz cambie más rápido, es suficiente para que las personas no solo se lo crean, sino que alteren su percepción de lo que realmente sucede y crean que realmente la luz cambió más rápidamente. Y la segunda razón tiene que ver con lo engañozo que pueden ser nuestros instintos, pues sucede que si la luz tarda 60 segundos en cambiar, y llegas al semáforo cuando solo restan 15 segundos, y presionas el botón, creerás que fue el acto de tu presionar el botón lo que causó que cambiara la luz rápidamente, cuando realmente eso iba a pasar de todas maneras, y le atribuyes al acto de presionar el botón que haya cambiado la luz, sin ponerte a pensar en todo el panorama y entender que realmente lo que sucedió es que sencillamente tuviste suerte. Pero, ¿y si les dijera que estos ejemplos exponen algo que la mayoría de los humanos hacemos, en donde constantemente estamos interpretando al mundo por medio de placebos y al mal funcionamiento de nuestra intuición? Veamos como... Digamos que eres el participante de una rifa o lotería entre amigos en tu iglesia, en donde existen 100 números, y que juegas el número 88. Minutos antes del sorteo, tu rezas unas cuantas oraciones pidiéndole a la Virgen y todos los santos que te ayuden a sacar el premio. Llega el momento del sorteo, y milagro, sale el número 88. No lo puedes creer, estás emocionadísimo y jurarías que los santos te escucharon. Solo que, los otros 99 concursantes de la iglesia también rezaron antes del sorteo... ¿Qué significa eso? Que el hecho de que te hayas ganado el premio no tuvo absolutamente nada que ver con rezar, sino con el simple hecho de que tuviste suerte. De forma similar, podemos cambiar la lotería por una enfermedad que padezcas, de la cual es difícil que los pacientes sobrevivan. Rezas y rezas, y al final de 6 meses, sales curado, y das gracias a todos los cielos porque tus plegarias fueron escuchadas. Sin embargo, da la casualidad que unas 10,000 personas más con tu misma enfermedad también rezaron, pero no mejoraron, e incluso quizás perecieron. Por lo que en tu caso lo que realmente ocurrió es que sencillamente tuviste suerte de que tenías un metabolismo y una condición física (y quizás los medios económicos y ayuda de un buen doctor) para contrarrestar la enfermedad, y esa fue la verdadera razón por la cual te sanaste. Incluso, sabemos con mucha certeza hoy día de manera bastante precisa la cantidad porcentual de personas en todo determinado lugar del mundo que padecerá y perecerá de determinadas enfermedades, lo que nos dice claramente que temas como el sanarse y sobrevivir es un tema estadístico, en donde siempre un porcentaje de la población perecerá y otra sobrevivirá (aunque esas cifras mejoran con el pasar de los años y la modernización de la medicina). O en otras palabras, lo que quiero decir (sin la menor gana de ofender las creencias de nadie) es que rezar en realidad no es la razón por la cual alguien se sana o se salva (o se saca la lotería o hace cambiar la luz de un semáforo), sino que la verdadera razón es tu estado físico, y la calidad de los médicos e instituciones que te cuidan y que puedas contratar. ¿No lo creen? Solo miren las estadísticas en cualquier país del mundo: Independientemente de cuánto se rece, siempre la parte de la sociedad que más sobrevive a todo tipo de enfermedades es la clase alta, por la sencilla razón de que tienen los medios económicos y de relaciones para obtener las mejores medicinas y los mejores tratamientos del mundo. Si rezar influenciara en el bienestar de las personas, las estadísticas estarían parejas entre todas las clases sociales ya que la Virgen o los santos en teoría deberían ayudar a todas las personas por igual, independientemente de su estatus social. Pero las matemáticas nos dicen lo contrario, que en realidad son los medios que tengas a tu disposición lo que influye más en tu bienestar. Ahora, antes de que me sacrifiquen pensando que digo todo esto como algún tipo de "ataque" a una que otra religión (y sepan que respeto totalmente la libre práctica de cualquier religión), la moraleja de hoy es que a la hora de resolver nuestros problemas hay que tomar un punto de vista realista, y no esperar que alguna Virgen o algún santo nos va a resolver el problema, sino que debemos nosotros mismos poner el esfuerzo necesario para resolverlo por nuestro propio esfuerzo, lo que en estos ejemplos significa investigar cuales son los mejores centros de salud, los mejores especialistas, y las más avanzadas técnicas para tratar cualquier mal que sea que tengamos. Entender y aceptar la realidad, es el arma más potente para resolver cualquier problema que tengamos... autor: josé elías |
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"Me acordó la frase: ¿Si todos somos únicos e irrepetibles, no nos convierte eso en iguales?"
en camino a la singularidad...
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esto fue lo mas sensato que e escuchado en mucho tiempo, es la realidad que vivimos en este planeta/sociedad, la única forma de sobrevivir a cualquier inclemencia que tengamos es, tener los medios y un buen razonamiento de como resolver nuestros problemas.. como decía mi abuelita, para todo hay una solución excepto para la muerte(aunque esa en unos años a lo mejor la solucionemos).