martes, abril 10, 2012
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Hoy quiero hablar sobre un tema del cual no pude haber escrito "sabiamente" cuando era mucho más joven. Es uno de esos temas de los cuales solo se puede escribir con años de madurez y con una mente abierta...
Se trata del tema de conocer nuestros límites como personas, y aprender a aceptarlos cuando no podemos superarlos. Pero antes de entrar en materia, quiero hacerles una muy breve anécdota: Hace muchos años, cuando estudiaba en la escuela secundaria en New York, EEUU, mi profesor favorito nos hizo a todo el curso la siguiente pregunta: ¿Puede cualquier persona hacer cualquier cosa si se lo propone? Pregunta a la cual respondí inmediatamente que sí. Sin embargo, la experiencia de los años me ha demostrado que no es tan sencilla la respuesta, y que al contrario, existe la gran posibilidad de responder que "no"... El tema me llegó a la mente recientemente dado el pobre estado del cine local (República Dominicana), en donde algunas personas hacen películas extremadamente mediocres, y se llaman ellos mismos "directores de cine". Así mismo vemos "actores" tan pésimos, que creo que cualquier persona sacada al azar de un cola en un supermercado podría hacer un mejor trabajo. Pero, ¿a qué se debe eso? Pues creo que a los siguientes factores principales: 1. A la persona creerse que puede hacer cualquier cosa (nada malo con eso), al enamorarse de su trabajo (tampoco nada malo con eso), pero al no compararlo objetivamente con el trabajo de otros, o cuando menos al fallar de entender que no está trayendo nada nuevo sobre la mesa (en el caso que no quiera compararse con el trabajo de otros y ser lo más original posible). 2. A amigos y familiares que responden con un "¡excelente trabajo!" a cualquier cosa que alguien haga, para no herir sus sentimientos, cuando en realidad le hacen un daño al no darle a reconocer a la persona que está haciendo algo mal. Y todo eso en realidad se reduce a una cosa: Algunas personas sencillamente son mejores que otras en varios aspectos. Esa es la razón por la cual tenemos pintores, coreógrafos, fotógrafos, ingenieros, arquitectos, médicos, etc. Algunas personas nacen con un don o talento innato, y son muy adeptos a ciertas cosas (como sucedió con Mozart y Beethoven con la música, o Picasso y Dalí con la pintura). Y otros son muy buenos en desarrollar habilidades con las cuales quizás no nacieron, pero para las cuales tienen disposición de aprender rápidamente y de forma efectiva (por eso existen distintos tipos de personalidades; analíticas, creativas, etc). Pero antes de continuar no confundamos de lo que estoy hablando con la definición genérica de "inteligencia". Uno de mis mejores amigos hace varios años atrás reprobó un examen estatal en los EEUU para asistir a la universidad 3 veces (lo que para muchos indicaría que tiene un muy bajo cociente intelectual), y sin embargo era un genio en video-juegos (ciertamente yo no le daba ni por los talones). Y a donde quiero llegar es a lo siguiente: Así como muchos tienen talento innato para ciertas cosas, y otros son buenos en desarrollar talento en algunas áreas, la realidad de la vida es que no todo el mundo tiene talento para todo lo que le guste o quiera hacer. Como escribí recientemente en una red social, por más que una persona quiera ser un físico nuclear, si después de varios años las matemáticas complejas requeridas le siguen pareciendo jeroglíficos, quizás sea tiempo de cambiar de carrera... O en otras palabras, es importantísimo que uno se auto-evalúe objetivamente y se pregunte "¿sirvo yo para esto?". Una manera de saberlo es comparando nuestro trabajo con el de los demás, y viendo si verdaderamente nuestro trabajo se acerca a un estándar mínimo de calidad. Otra manera es preguntándole a personas de plena confianza sobre lo que opinan de nosotros, y dejándoles saber a esas personas que queremos "la dura verdad" y no un golpecito en la espalda y decirnos que vamos por buen camino. Pero ojo, creo que lo primero que tenemos que agotar, antes de rendirnos, es tratar de perseguir nuestros sueños, y tratar de hacer las cosas que nos gustan por sobre todas las cosas. Y solo después de nosotros agotar ese intento, es que debemos entonces analizarnos y decidir si es hora de cambiar rumbo. Es importante también entender que inicialmente no podemos compararnos con los maestros del área o industria en donde queremos ejercer (por lo que hay que perseverar), pero sí es importante el poder ver si avanzamos o no en nuestro objetivo de alcanzar nuestras metas. Cuando venimos a ver, quizás una de las mejores decisiones que podamos tomar en nuestras vidas es cambiar de rumbo y hacer algo diferente que nos llene de orgullo y placer al saber que lo hacemos bien. Nota del abogado del diablo: Si no tenemos responsabilidades familiares y/o financieras, y estamos haciendo lo que nos gusta, hay que disfrutar la vida sin pensar mucho en si lo que hacemos les gusta o no a los demás. Después de todo, recordemos el ejemplo de Van Gogh, cuyo arte no fue apreciado en su tiempo y hoy día es considerado un genio... ACTUALIZACIÓN: He expandido un poco el artículo con el comentario #13 acá abajo... autor: josé elías |
52 comentarios |
Educación , Opinión / Análisis , Psicología |
Comentarios
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"Querido, José.
¡Que linda es tu vocación de maestro!
Y !Que maravillosamente la has egercido estos años en Eliax!
Si todos los maestros del mundo tuviesen tu vocación y tuviesen tus intensiones y tus buenos deseos y tu preparación, seguramente este seria un mundo mejor en todos los sentidos, tecnico, político y humano.
Un saludo hermano. ¡Dios te bendiga!"
¡Que linda es tu vocación de maestro!
Y !Que maravillosamente la has egercido estos años en Eliax!
Si todos los maestros del mundo tuviesen tu vocación y tuviesen tus intensiones y tus buenos deseos y tu preparación, seguramente este seria un mundo mejor en todos los sentidos, tecnico, político y humano.
Un saludo hermano. ¡Dios te bendiga!"
en camino a la singularidad...
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