jueves, abril 10, 2014
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Hoy respondo una pregunta realizada por el lector Fer Galian en el grupo oficial de eliax en Facebook, en donde pregunta: "¿La vida de un cuerpo celeste podría prescindir de un sol y vivir a base de la energía de estrellas como las que podemos ver por las noches si estas variaran en su tamaño tipo y distancia?"
En realidad no es tanto que sea un Sol/estrella que sea necesario para la vida (aunque hasta donde entendemos, ese tendría que ser casi siempre el caso). Y digo "casi" porque se me ocurre otra forma de vivir sin una estrella... Lo primero a entender es que no es la estrella en si lo que importa, sino la energía que esta aporta al lugar (sea un planeta, luna, etc), por lo que lo que realmente nos interesa es tener una fuente de energía... Lamentablemente, la energía proveniente de la luz de las estrellas es mu baja como para poder ser útil en procesos de vida como la conocemos, pero hay otras formas de obtener energía... Una de estas fuentes de energía es a través del "roce" gravitacional entre dos objetos. Varias de las lunas de Saturno y particularmente Júpiter por ejemplo, tienen una interacción gravitacional tan intensa con su planeta madre, que la gravedad de estos planetas literalmente están constantemente "estirando" la masa de sus lunas. Ese "estiramiento" de la masa de esas lunas hace que se creen fuerzas que se reflejan como cambios en sus capas tectónicas, que producen tremendas cantidades de energía, lo que causa que algunas de estas lunas incluso contengan núcleos bastante calientes. Esos núcleos calientes, al menos en teoría, deberían poder proveer suficiente energía a la pequeña luna como para permitir una suficiente cantidad de energía a reacciones biológicas, particularmente en lunas que contengan líquido interno, como la evidencia aparenta apuntar en lunas como Enceladus (en Saturno) y Europa (en Júpiter). Y si combinamos ese conocimiento, con el hecho de que ya sabemos que existen "planetas huérfanos" (es decir, planetas que fueron expulsados de sus sistemas solares y que viajan a la deriva en la oscuridad del cosmos, lejos de muchas estrellas), podríamos imaginarnos un escenarios en donde algún gran planeta huérfano, mientras navega en la oscuridad del universo, dote de energía a una o varias de sus lunas, para poder facilitar el surgimiento de procesos biológicos. Sin embargo, aunque todo esto que menciono es teóricamente posible, es muy improbable, ya que usualmente (hemos aprendido recientemente) que muchos de los ingredientes moleculares que nos llegan del espacio (y que al combinarse, posiblemente dan origen a la vida) provienen de asteroides y cometas, y estos objetos son atraídos al sistema solar usualmente por la gravedad de alguna estrella, y posteriormente por planetas de esa estrella, por lo que es muy improbable (aunque no imposible) que un planeta huérfano atraiga objetos como meteoritos y cometas, debido a su muy bajo poder gravitacional en relación a estrellas de su vecindario (que tienen más poder de atraer a tales meteoritos y cometas). Sin embargo, dado lo grande del universo, y las escalas de las estadísticas (tan solo en nuestra galaxia existen cuando menos 100 mil millones de planetas, y podemos medir al menos unas 100 mil millones de galaxias), no podemos descartar este escenario por completo, por improbable que aparente a simple vista... Así mismo, todavía nos falta mucho por aprender sobre los secretos del universo, y quizás descubramos en un futuro otras formas de minar energía, que quizás algunos seres vivos remotos ya estén utilizando. Y como siempre, pueden enviar sus preguntas en el menú de contacto de arriba en esta misma página de eliax.com... autor: josé elías |
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Me pregunto si habrá algún tipo de vida en el universo que no sea la que conocemos...