domingo, marzo 14, 2021
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Hola amig@s lectores,
Hace unos días una obra de arte se vendió en US$69 Millones de dólares en la prestigiosa casa de subastas Christie’s, pero lo interesante de esa venta no fue el precio, sino el hecho de que lo que se vendió fue una obra de arte digital, de la cual cualquiera puede obtener una copia 100% exacta pixel-por-pixel y tenerla en su celular, tableta, laptop o incluso impresa. Así que viene la pregunta, ¿por qué alguien pagaría tanto dinero por algo tan fácilmente reproducible (a diferencia de por ejemplo un cuadro de Picasso en donde solo tú tienes “el original”)? Pues bienvenidos al nuevo mundo de los NFTs... Una nueva revolución tecnológica en el tema de la propiedad intelectual y la sociedad en general. Pero iniciemos con lo básico. NFT es un acrónimo en inglés que significa “Non-Fungible Token”, y ya de por sí resulta curiosa la definición. La palabra “fungible” es de uso muy infrecuente en español (e inglés), y en esencia se refiere a algo que se puede reemplazar por algo de lo mismo. Un ejemplo es una moneda de 1 peso. Si la intercambias por otra moneda de 1 peso continúas teniendo un peso. Sin embargo, si lo que tienes es (por ejemplo) una pintura de Picasso, no la puedes cambiar por otra pintura de Picasso y terminar con lo mismo, ya que son irremplazables, o no-fungibles. Así que en el mundo de los NFT no-fungible significa que el Token que obtienes (y que avala que eres el propietario) no es genérico y reemplazable, sino que es único y solo existe uno, similar a como existe una sola pintura en particular de Picasso sin otras copias exactas o que puedan intercambiarse. Y para continuar tenemos que hacer un breve paréntesis y explicar que los NFTs están ligados intrínsecamente a la misma tecnología que hace posible las criptomonedas, una tecnología llamada Blockchain (“Cadena de Bloques”). O en otras palabras, la misma tecnología que permite la creación y uso de algo como los bitcoins, es la que se utiliza en los NFTs. ¿Y qué es un Blockchain? En esencia es una técnica que permite agrupar una secuencia de datos en el tiempo de forma tal que matemáticamente es virtualmente imposible modificar cualquier elemento de la cadena para falsificarlo, removerlo o modificarlo, algo que se logra con una herramienta matemática llamada un “hash”, que no es más que una función uni-direccional en donde un bloque de datos puede generar un código (piensen de ello como una clave, pero pública) pero de ese código no se puede volver atrás para obtener los datos desde donde surgió (no se preocupen si no entienden bien esto, no es necesario para entender el tema de hoy). Así que con un Blockchain por ejemplo sería posible decir algo como “Hoy lunes Fulanito de Tal compró US$10 dólares en bitcoins”, y al otro día decir “Y hoy martes transfirió US$2 de esos bitcoins a Fulanita de Tal”, y así sucesivamente en transacciones posteriores, con la gran salvedad que aunque Fulanito tenga acceso total a su base de datos de Blockchain y trate de engañar al sistema borrando la transacción del martes, que no podrá hacerlo por más que intente, debido a que por su naturaleza los Blockchains funcionan de forma distribuida por lo que miles (o millones) de otras personas tienen también una copia de esas transacciones, por lo que Fulanito tendría que no solo hackear la base de datos de todo el planeta Tierra que aloje ese Blockchain (o al menos, la mitad de ellas más una), sino además reconstruir matemáticamente todos los hashes de esas transacciones desde el momento que él quiere hacer trampa hasta el día de hoy (algo que les aseguro no es trivial hacer, y se los dice alguien que entiende bien este tema de los hash, criptografía, etc). Habiendo dicho todo eso, hagamos una aclaración final: En el mundo de los Blockchains hay dos grandes tipos de transacciones que pueden ocurrir, (1) transacciones monetarias o de criptomonedas como son los bitcoins, o (2) transacciones sobre evidencias de que algo ocurrió, o como se les llama en la jerga de la industria, criptotokes, o simplemente Tokens (que en el caso de los NFTs ocurren por ahora en la plataforma Ethereum). De esos Tokens es que estamos hablando cuando nos referimos a los NFTs, y ejemplos de estos son documentos notarizados, títulos de propiedad, actas de nacimiento, pasaportes, etc. En el contexto de los NFT, por Token nos referimos entonces explícitamente a una evidencia digital de que algo te pertenece a ti. Y aquí es bueno hacer una curiosa observación: Mientras que las criptomonedas se basan en algo que es fungible (pues estas se consumen con su uso) y de uso anónimo (en la red bitcoin por ejemplo, nadie en teoría sabe en qué gastas tu dinero ni en dónde ni con quien), en el mundo de los criptotokens es todo lo contrario, en donde la idea es saber quien es el dueño de qué (por lo que es no-anónimo) y de paso es no-fungible (ya que no puedes “gastar” un contrato por más que le des uso). Así que regresando del paréntesis, vamos ahora armados con esa información a describir qué es un NFT, y por qué alguien pagó US$69M por una pintura digital... Un NFT es esencialmente una evidencia digital de que tú eres el propietario de algo, pero ojo, un NFT no necesariamente te da derechos de propiedad de la obra intelectual original, aunque es una opción. Una analogía es una pintura de Salvador Dalí. Este en vida hizo varias serigrafías (copias de alta calidad) de sus obras que firmaba con su propia mano de forma individual. Así que por ejemplo Dalí pudo haber hecho 100 copias en serigrafía de su obra “La Persistencia de la Memoria”, y firmado cada una de ellas a mano con una numeración del 1 al 100. Aunque estas no eran la obra original, hoy día valdrían mucho dinero ya que estarían firmadas por el mismo Dalí. Es un producto escaso y limitado que naturalmente incrementa el valor del artículo en cuestión. Similarmente, puedes hacer un NFT de una novela que acabas de escribir, y hacer 10 copias “especiales” de ellas en formato NFT que creas y vendes a través de un portal como opensea.io. Los que compren esas 10 copias saben que tienen una versión exclusiva que nadie más tiene, y que de paso tiene el nombre de ellos asociados a la obra para la eternidad en el Blockchain. Y no solo eso, sino que si tienes una de esas 10 copias, esa copia tiene un valor volátil basado en el mercado, y puedes traspasar ese NFT a otra persona vendiéndosela, y al hacerlo, esa transacción queda registrada en el Blockchain de manera irrefutable, y se tiene un histórico en todo momento sobre quien es el propietario de ese NFT. Y claro está, que (siguiendo la analogía con Dalí), quizás quieras vender el cuadro original junto con los derechos de su explotación comercial, en cuyo caso también puedes hacerlo con un NFT creando una sola copia y dotando a su comprador de todos los derechos (que como podrán imaginar, tiene un valor mucho más alto). Eso fue lo que hizo el artista denominado “Beeple” al vender su obra titulada “Los Primeros 5,000 días” en donde hizo un compuesto de 5,000 obras que hizo durante 5,000 días consecutivos, y cuyo precio inició en subasta en US$100 dólares y terminó en US$69 Millones de dólares. Muchos dirán que esto es una estupidez, ya que si es una obra digital cualquiera puede copiarla y tener una copia exacta para admirar en su casa impresa y puesta en un cuadro en la pared, pero la idea es que el comprador de ese NFT ahora no solo tiene derechos sobre la obra original sino que de paso puede decir que aunque millones de otras personas tienen “copias” que él o ella es la única persona que tiene derecho sobre un “original” (y su explotación comercial, pues algo interesante de los NFTs es que opcionalmente puedes recibir comisiones por su posterior venta, en esencia continuando recibiendo un ingreso mientras más uso le den al NFT). Esto es medio chocante ya que tradicionalmente uno piensa de un “original” como algo tangible (como un cuadro de Dalí colgado en un museo), y no como un simple algoritmo que diga que entre mil trillones de copias solo al de Fulanito de Tal es la original y que solo Fulanito de Tal puede explotar los derechos de esa obra (para vender t-shirts, hacer murales, trabajos derivados, etc). O en otras palabras, e independientemente de lo que alocado o no que le parezca esto a algunos, la gran revolución de los NFTs es que por fin dota a obras que son netamente virtuales/digitales de un mecanismo por el cual sus creadores (o futuros propietarios) puedan alegar derecho sobre la obra y explotarla de forma fácil y segura. Noten que un problema actual (antes de llegar los NFTs) que tenían muchos artistas digitales es que sus obras eran fácilmente copiadas en Internet, y se hacía bastante difícil comprobar quién es el original autor y propietario de la obra, cosa que ahora se hará trivial hacer ya que en el momento de un artista hacer una nueva obra, lo primero que podría hacer es crear un NFT de esta para que exista una evidencia en el tiempo de que él o ella es el original autor de la obra, y de paso utilizar este mecanismo para hacer trivial el poder venderla en mercados en línea. Es bueno notar que ya se ha formado una industria millonaria alrededor de los NFTs, y no solo con arte visual, sino con todo tipo de creaciones que puedan imaginar, desde canciones y novelas, hasta fotos de memorabilia o videos deportivos de la NBA. Incluso, ya hay video-juegos en donde puedes obtener objetos virtuales dentro del juego que solo controlas tú al comprarlos como un NFT (es decir, ni los creadores del mismo juego tienen derecho al objeto después que lo adquieres). Habiendo dicho todo eso, la pregunta ahora es, ¿Es esto una moda pasajera o algo con perspectiva de largo plazo?, y mi respuesta a eso es que creo será la nueva norma hacia el futuro. Hace tiempo que hacía falta una solución al tema de la propiedad intelectual en el mundo virtual/digital, y los NFTs caen como anillo al dedo como solución a ese problema, y de paso esto es bueno notar que pone de cabeza abajo la tradición de que cuanto tenías un objeto valioso lo que lo hacía valioso es que tenías el original, mientras que ahora todos pueden tener una copia exacta del original y lo que lo hace valioso es el NFT que avala que tú y solo tú eres el propietario de esa creación. Quiero finalizar este artículo con una preocupación (y así vemos el otro lado de la moneda): Aunque los NFTs son una excelente idea, hay un tema con su implementación actual y es que consumen una gran cantidad de energía (fuente) para su creación y verificación (similar al problema que tienen los bitcoins con su uso de energía actual en el minado), lo que significa que si se popularizan los NFTs (y todo apunta a que así será) que estamos dirigiéndonos a un futuro en donde tendremos una carga significativa de energía que podría traer serios problemas al medio ambiente terrestre. Solo esperemos que antes de que esto sea un gran problema que ya tengamos fuentes de energía renovables que puedan lidiar con la carga adicional... Nota: Si les gustan estos temas les recomiendo seguir el canal oficial de eliax en Telegram, o si desean interactuar conmigo y la comunidad eliax en general, consideren también unirse al grupo oficial en Telegram Actualización: Por si se interesan, he aquí el primer NFT creado por mí, y a la venta por si alguien se interesa (esto fue un experimento más que otra cosa, pero si quisieran tener una pedacito de eliax, aquí está). autor: josé elías |
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"Muy interesante +1, mucho tiempo sin leer algo que me gustara tanto."
en camino a la singularidad...
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Esa pintura tiene días dando vueltas y no entendía lo que era. Gracias por la explicación brother.