jueves, julio 18, 2013
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![]() Sin embargo, una limitación de la mayoría de esa tecnologías es que están basadas en el principio de interpretar señales eléctricas desde el interior del cerebro, lo que hace el trabajo bastante difícil (es como querer establecer una conversación con una persona a 1km de distancia, voceando, mientras miles de otras personas vocean a la misma vez). Así que esta noticia de hoy es bastante interesante ya que prueba algo diferente... Científicos de la Universidad de California Berkeley están creando un tipo de "polvo neuronal" que en esencia son unos microbots más pequeñas que partículas de polvo, que son rociadas por grandes cantidades (cientos, miles o quizás hasta millones) dentro del cerebro, en esencia empapando al cerebro de sensores (que bien podrían ser bi-direccionales). Esos sensores obtendrían su energía por un implante permanente que existiría entre la piel de tu cabeza y tu cráneo, y que alimentaría a esos sensores/nanobots por medio de ultrasonido, el cual estimula unos circuitos piezo-eléctricos que al vibrar en el polvo neuronal genera energía. Así mismo, ese implante estaría comunicado con un equipo externo (sea de forma alambrada o en un futuro, inalámbrico) que proveería energía a ese dispositivo, así como procesamiento de datos. Esto por un lado, como podrán imaginarse nos promete un tremendo avance en términos de automatización (pues literalmente llegaremos a un punto en donde la comunicación con máquinas será tan eficiente, que podremos pensar cosas y hacer que lo que pensemos se haga realidad por medio de comandos a otras máquinas que crearán lo que imaginemos por medio de nanobot, impresoras 3D, software, etc), pero por otro también nos ilustra más lo frágil que son nuestros sistemas biológicos. La fragilidad en este caso viene en que ¿quién nos garantiza que este polvo neuronal, indetectable a simple vista, no pueda ser utilizado para otros fines que no sean personales, particularmente en un mundo en donde tendremos equipos como los descendientes del Google Glass que nos permitirán controlar esas nanopartículas sin quizás nuestra autorización? Sea como sea, lo cierto es que independientemente de los riesgos, la historia nos enseña que una y otra vez los buenos usos por lo general sobrepasan por gran margen cualquier daño realizado por malos usos. Mientras tanto, ya podemos empezar a imaginarnos un futuro en donde la tecnología que nos permitirá comunicarnos bi-direccionalmente con nuestras máquinas se torne esencialmente no solo invisible, sino que parte de nuestros cuerpos. Y esto, a propósito, sería un paso más para hacer el NeuroPhone una realidad... fuente oficial autor: josé elías |
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"Elias, te leo desde finales del 2005 principios del 2006, todos estos años fueron un aprendizaje diario sobre informática y los últimos años mas sobre cuestiones de vida. me cambiaste mucho la forma de pensar con muchos aspectos en mi vida y hoy día me siento una persona mas pensante ademas de tenerla clara con el mundo informático. tenia 14 años cuando leí un articulo tuyo por primera vez y me gusto tanto que recuerdo que empece a retroceder en la pagina una tarde entera leyendo todo lo que veía porque sentía que había encontrado una pagina que tenia lo que yo quería. recuerdo también que hable por email en 2 ocasiones con vos, algo que me sorprendió mucho porque nunca había hablado con un administrador de una pagina y me dio mucha alegría cuando publicaste algunas cosas que te envié por email. me alegra que hayas logrado una meta y si algún día tengo la oportunidad voy a ir a conocer a la persona que leí todos los días durante tantos años. desde ya gracias por todo y te mando un abrazo desde argentina."
en camino a la singularidad...
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Cuando leo noticias como esta no se si emocionarme o coger miedo, pero el avance es tremendo.